Una profesión concebida para ser honorable - Parte I
Desde los albores de la historia humana, encontramos la presencia de hombres y mujeres, cuya sociedad especialmente los reconoció por su natural inclinación hacia la justicia y el irresistible llamado a procurar o defender las causas ajenas, sobre todo los derechos de los más desposeídos y de aquellos que, por cualquier circunstancia, no poseían las habilidades necesarias para representarse a sí mismos en la reivindicación de sus propios derechos.
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